La Throne Supreme Lo llegó a México. La marca californiana presentó su frameset premium y somos los primeros en tenerla a prueba para ustedes.

La Throne Supreme Lo llegó a México. La marca californiana presentó su frameset premium y somos los primeros en tenerla a prueba para ustedes.

Con una geometría mucho más orientada a la Pista, la Supreme Lo sufrió pocos cambios respecto del prototipo que conocimos en la pasada BiciExpo. Al sacarla de la caja, nos emocionamos como niños en Navidad pensando en cuáles componentes pondríamos sobre esta belleza.

Por Ramón Arizmendi Casas
Fotos: Cycle City
Rider: Manuel Sánx

EL CUADRO
El kit se compone de cuadro talla 55 y horquilla, ambos de aluminio hidroformado 6061-T6. Tras una detallada inspección, notamos puntos de soldadura bien acabados y con posibilidad de mejorar aún más; brillo perfecto y algo de flexibilidad en las vainas traseras, pero nada que comprometa el desempeño. Lo que más nos sorprendió fue su peso: sólo 2.150 kg con todo y tijera. La geometría es claramente de persecución en Pista y el rider va mucho más echado para adelante que una bici de Ruta.

EL ENSAMBLE
Tras una cuidadosa selección de componentes por parte de nuestros amigos de Bicimaniacos, en cosa de una hora Jimmy, uno de los mecánicos más reconocidos del DF, tuvo lista la Throne para salir a rodar.

EN PAVIMENTO
La Throne nos sorprendió gratamente por su ligereza; acelerar es muy fácil pues la bici completa pesa XXXX kg, y en instantes te puedes encontrar a tu máxima velocidad. La rigidez a la torsión es sobresaliente y el conjunto se siente muy sólido, sobretodo al acelerar, frenar y en las calles llenas de baches. La transmisión de la fuerza de los pedales al suelo es inmediata y sin titubeos. La dirección es muy rápida y sensible. Su distancia entre ejes y en sí la posición y geometría compactas -de persecución- permiten cambiar de carril rápidamente y sin titubeos.

LO MEJOR
Ya completa sus formas musculosas resaltan. Su estampa furiosa hace a la Supreme Lo muy atractiva al ojo masculino. Lo mejor es lo emocionante de pedalearla. Responde tan bien a cualquier orden que le des que prácticamente el límite es el dolor de piernas o el siguiente semáforo.