Un evento más del serial de gran fondo que organiza el Grupo Ciclodeportivo Guepardos, esta vez “Murallas del Sur”. Un recorrido de Xochimilco – Loma – Oaxtepec- la Loma. Ruta interesante que en su primera parte nos enfrenta a un puerto de segunda categoría con un recorrido de 28 km y un desnivel de 625 m, continuando con un descenso a la zona de Oaxtepec de 38 km y terminando con la etapa reina del recorrido una ascensión de 38 km, con un desnivel acumulado de 1489 m, un puerto fuera de categoría.

Por Óscar Martínez / Fotos: Ramón Arizmendi Casas

Esta vez las fuerzas tenían que dosificarse, eran los primeros 28 km del recorrido, y algunos no dudaron en subir a un ritmo que les permitiera manejar una cadencia apropiada sin desgastar tanto las piernas, un puerto que se sube sin tantas complicaciones.
En esta parte del recorrido aún se notaban rostros alegres, sonrientes, se les veía platicar con fluidez. A lo largo del trayecto veíamos varios grupos a un ritmo de ascensión constante. La llegada en el mirador que nos permite observar la bella postal de los volcanes, Iztaccíhuatl y Popocatépetl.

El primer avituallamiento completo, líquidos y sólidos, a relajar las piernas y estirar un poco, pláticas y primeras impresiones. Se anuncia que la ruta oro descenderá primero a Oaxtepec y 10 min después lo hará la ruta plata hasta el Pueblo de Tlalnepantla.
La ruta oro sale iniciando así la segunda parte del recorrido, un descenso controlado de 38 km al pueblo de Oaxtepec, pero aun así la velocidad es considerable, un promedio de 50 km por hora, el grupo en ocasiones se alarga la carretera permite en sus primeros 20 kilómetros un trazado en las curvas sin disminuir la velocidad. Llegando a la zona de Tlalnepantla la mayoría no se olvida de las recomendaciones de los organizadores de que se encontraran con un par de curvas que deben ser tomadas con la mayor precaución, y se opta por señalizar el sitio donde hay que disminuir la velocidad, y en efecto son curvas por demás peligrosas, carentes de peralte que provocan a más de uno apretar las manos sobre el manillar, accionar levemente la palanca de frenos y hacer fuerza de empuje hacia el pedal contrario al interior de la curva, para salir avante de esta zona. Después de esto el pavimento se vuelve poroso y se siente ya a tope el calor, unos kilómetros más y entramos a zona urbana, al pueblo de Oaxtepec. Segundo abastecimiento, esta vez solamente puros líquidos, agua, y coca cola. Se espera la llegada de todos los competidores y se anuncia la salida en 10 min.

Se da la señal de arranque con el sonido de una sirena, a iniciado el ascenso cronometrado, la lucha contra la distancia, contra las pendientes, contra el clima, contra el tiempo, En los primeros kilómetros el calor se deja sentir a tope, cada quien agarra su ritmo, se deja Oaxtepec y son esas primeras rampas las que dicen que esto no será fácil, y se alcanza a distinguir en las caras de algunos, gestos de sufrimiento. El paisaje nos muestra una orografía característica de esta zona: ¡qué más da sufrir acompañado de algo bonito! La mayoría han agarrado ritmo, se pueden ver grupos de 5 competidores a lo mucho, ya no hay posibilidad de mantener un diálogo constante, el esfuerzo hace que ya no se puedan articular más de unas cuantas frases, es mejor callar y subir en silencio. En los ascensos hay que recordar las instrucciones hidratarse constantemente con pequeños sorbos, agarrar un ritmo cómodo, y mantenerlo lo más que se pueda, pedalear de pie en algunas ocasiones para descansar algunos músculos.

A la mitad del recorrido la mente empieza a jugar un papel primordial y te planteas infinidad de cosas, que podrían modificar tu objetivo. Pensarás que los más entrenados ya habrán llegado, ¿para qué sufrir de esta manera?, ¿vale la pena el esfuerzo? Es la mente por sobre el cuerpo. 10 km antes de la meta encontramos un avituallamiento completo, agua, coca cola, plátanos, naranjas, bebidas isotónica… un oasis. Para muchos esa hidratación les da el impulso que hacía falta, recuperan fuerzas y el cuerpo le dice a la mente, sí puedo.

Los últimos kilómetros son por demás tranquilos, pero con el esfuerzo acumulado hacen que se vuelvan complicados, empiezan los dolores, calambres… Unas cuantas rampas más, el anuncio CICITEC nos indica que se está a pocos kilómetros, aun hay fuerzas para meter plato grande, los últimos columpios y se vislumbra la meta, la última pendiente para llegar y coronar el puerto de la Loma.